Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. Lucas 10:41-42.
Seguros de la muerte espiritual que se siembra como sombra en la vida de los hombres, recibir la noticia esperanzadora del evangelio de verdad, colma de sumo gozo al oyente que es despertado de la muerte espiritual por el llamado irresistible de la gracia. Que mejor noticia para nosotros que estábamos muertos en nuestros delitos y pecados que el Justo muriera voluntariamente una vez y para siempre por los injustos.
El mensaje de la cruz como una lámpara que ilumina en lugar oscuro no deja indiferente a sus escogidos, el cambio o metamorfosis, es un acto instantáneo que llena de ansiedad y deseos de servir al corazón del hombre redimido, nace en el creyente el anhelo ferviente de dar a conocer el poder y la excelsa gloria del redentor a todos los hombres y es en este empeño donde se debe distinguir la pasión necia, de la razón.
En este escenario cuan mas cuan menos todos queremos laborar, y poner a disposición de Dios nuestras habilidades, surge el deseo profundo de llegar hasta lo ultimo de la tierra para enseñar y dar a conocer el camino de la verdad, lo que no es malo en si mismo, sin embargo debemos comenzar por el principio.
En la vida del apóstol Pablo vemos a un hombre lleno de conocimiento que cumple cabalmente acorde a un razonamiento humano, con la experiencia y las habilidades intelectuales necesarias para colocarse al servicio del ministerio al momento de su conversión;
Dice en la carta que escribo a los Filipenses:
Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más:
circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.
Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, Filipenses 3:5-8
No obstante la basta experiencia y conocimiento que nos indica lo estima como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús. En efecto Pablo luego de ese encuentro glorioso con el salvador (Hechos Cáp. 9) pregunto ¿Señor que quieres que yo haga? Y el señor le contesto Levántate, y entra a la ciudad y se te dirá lo que debes hacer. La iniciativa no partió de Pablo como vemos tan frecuentemente pasa hoy en día en donde hermanos inexpertos toman iniciativas que al contrario de ayudar pervierten la verdad. Pablo debía esperar, no salio a predicar sino se mantuvo orando durante tres días, para luego comenzar a ser discipulado recibir el bautismo y aprender junto a los discípulos del Señor.
Frente a esta experiencia y otras tantas, como la relatada en el evangelio de Lucas donde dos hermanas se alegran de recibir al Señor en su casa, aprendemos que una de ellas, Marta, se esmeraba en ocuparse en las cosas del servicio y el que hacer diario amonestando a su hermana que contemplativamente oía, sin lugar a dudas para atender al Salvador, sin embargo no era lo que en ese momento el Señor demandaba, sino algo muchísimo mejor y excelente cuyo privilegio gusto María, El estar a los pies del Salvador escuchando.
Cuanto nos afanamos a veces por servir, tratando humanamente de convencer a otros o de obrar fervorosamente sin dirección. Dios nos dio dos oídos y una boca, como decía un hermano, alguna razón poderosa habrá tenido, sin lugar a dudas fuimos creados así por que impórtate resulta oír y escuchar para aprender lo que nuestro buen Dios y Salvador quiere comunicarnos a través de su Palabra.
Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. Lucas 10:41-42.
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